Capítulo 31
Los dos fueron juntos a pasear por los centros comerciales cercanos. Patricia eligió un sillón de masajes para el abuelo de Pascual, compró corbatas para el papá y el tio de Pascual y un par de gemelos. Para las mujeres, eligió pañuelos de seda de diferentes colores y un juego de productos para el cuidado de la piel. Al pagar, Patricia insistió en usar su propia tarjeta, y Pascual, sabiendo lo terca que era, no discutió con ella.
El carro se dirigió hacia las afueras de la ciudad. Cuanto más cerca estaban de su destino, más nerviosa se volvía Patricia.
Pascual notó su nerviosismo y le dijo: “No tienes que estar tan nerviosa”.
“No estoy nerviosa”, respondió Patricia con terquedad.
Pascual sonrió y no dijo nada más.
“Oye Pascual, ¿por qué no me cuentas un poco sobre tu familia?” Patricia pensó que sería bueno conocer bien a su familia. Conocer al enemigo y a si mismo es la clave para ganar cada batalla.
“Mi abuelo es un comandante retirado del distrito militar, mi papá es un general. Mi mamá es la presidenta de una empresa, pero basicamente no se encarga de nada, sólo se preocupa por los asuntos importantes. Mi tio es el alcalde de la ciudad A. Mi tia es pintora y tiene su propia galeria de arte. Mi prima está en segundo año de universidad”
Las palabras de Pascual eran concisas, pero la cantidad de información contenida en ellas hizo que la cabeza de Patricia diera vueltas. No podia creer lo que estaba escuchando. Aunque no estaba familiarizada con los asuntos militares, tenía conocimientos básicos. Entendia el concepto de comandante y general, y mucho más de alcalde y pintor. Era una familia realmente influyente, no es una familia normal en absoluto.
Algunas cosas pasaron por su mente, y Patricia contuvo la respiración y miró a Pascual, “¿Cómo se llama tu empresa?”
“El Grupo Leyba”, dijo Pascual, sin darse cuenta del impacto que esto tendría en Patricia.
Patricia sintió como si las cuerdas en su cabeza se hubieran roto de repente, y no pudo evitar gritar: “Pascual, ¿te sientes realizado engañandome? Se sentia como una tonta por haberse sincerado tanto con él, mientras él ni siquiera le habia contado lo más básico sobre su familia.
El Grupo Leyba era una de las principales empresas, una exitosa corporación multinacional con sucursales en todo el país. Y este hombre le había dicho al principio que sólo dirigia una pequeña empresa. Si eso era una pequeña empresa, entonces las otras empresas no tendrian oportunidad.
Pascual la miró sorprendido por su enojo, y luego sonrió, “No tenía la intención de engañarte. Para mí, es sólo una pequeña empresa. Hay muchas empresas como ésta en el mundo.”
La mayoría de las mujeres estarian encantadas al escuchar sobre su familia, pero por alguna razón, él se sintió aliviado. Estabal agradecido de no haber dicho la verdad desde el principio, de lo contrario, no podria haber encontrado una esposa que no se preocupara por el dinero.
Patricia no sabia qué decir.
“¿Pero realmente tienes que exagerar tanto?” Él incluso había dicho que era una pequeña empresa. Si hubiera dicho que era una empresa bastante buena, ella no se habria sentido tan engañada.
Pascual miró a Patricia con inocencia, “Si hubiera dicho que mi empresa es de un tamaño decente, temeria que pienses que estoy exagerando. Es mejor no decir nada desde el principio.”
Patricia no pudo evitar notar la sonrisa de Pascual con sus ojos, y entre enojada y divertida, lo llamó “astuto”.
“Ya que me has elegido, no hay vuelta atrás.”
Patricia no respondió y siguió digiriendo la impactante noticia. De repente, recordó algo y dijo: “Entonces, deberias haberme avisado cuando estaba comprando los regalos”. Para una familia como esa, los regalos que había comprado eran demasiado humildes y no podian ser ofrecidos en absoluto.
Pascual, obviamente, sabía lo que ella estaba pensando, dejó una mano libre para pellizcarle la cara y le dijo: “No te presiones tanto. Mi familia está desesperada por verme casado. Saben que tengo planeado hacerlo, asi que debo de aprovechar la oportunidad y casarme directamente si me topo con alguien adecuado. No les importará tu regalo. Para ellos, tú ya eres el mejor regalo, nada más se compara contigo”. Su familia tampoco era superficial, lo que más valoraban era la calidad de una persona, no estaban obsesionado con que debían de casarse con alguien de su mismo nivel social.
Patricia finalmente entendió y no pudo evitar reir.
“Sin embargo, te lo mereces”, Patricia continuó.
“¿Estás feliz?”, Pascual le acarició la cara.
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“¿Estás insinuando que cai en la trampa fácilmente?”, Patricia entrecerró los ojos.
Pascual levantó las cejas “Claro que no, mi esposa tiene muy buen gusto y mucha suerte. De lo contrario, ¿dónde encontrarías a alguien tan guapo y adinerado como yo?”
“Narcisista”, dijo Patricia un poco enojada. Luego volvió a preocuparse por los regalos que había comprado Paro parece que no elegi bien los regalos. Tu padre es militar, y le compré una corbata”
“No te preocupes, mi padre a veces acompaña a mi madre a eventos de negocios, así que la usara”
Charlando con Pascual en el camino, Patricia se dio cuenta de que no estaba tan nerviosa. Debido al invierno, ya estaba oscuro cuando llegaron a su destino. Había alguien de guardia en la entrada, quien les sonrió y abrió la puerta para dejarlos pasar
“Pasky, Felipe Leyba ya había venido a buscarlos varias veces y me dijo que les permitiera entrar directamente”