Capítulo 2
Pero desde que su primo habia empezado a salir con otra chica, Patricia intentaba no molestarlo. Ya se habla acostumbrado a manejar las cosas por si misma y no queria causar problemas a los demás.
“Una chica sola en la calle por la noche es muy peligroso. Está bien, te vere hasta que entres a tu casa, y luego me voy”
Patricia, con el corazón acelerado, asintió, caminò unos pasos y recordó algo. No pudo evitar volver la cabeza y decirle a Pascual “Avisame antes de venir a buscarme, para ponernos de acuerdo”.
Pascual, con una expresión de resignación, respondió “¿Acaso parezco tan poco confiable?”.
¿De verdad le preocupaba tanto?
Sabia que lo que habia pasado ese dia habia sido inesperado para ambos y que necesitaban tiempo para procesarlo. Ante su pregunta, Patricia no respondió, pero una leve sonrisa se dibujó en su cara mientras se dirigia a su casa. Sabia que alguien la estaba mirando desde la distancia, pero esta vez no tenia miedo y caminaba con determinación.
Parecia que las cosas estaban empezando a cambiar en ese momento.
No fue hasta que Patricia entró a su casa que Pascual volvió al taxi, recuperando su expresión fria y seria habitual. La luz borrosa se reflejaba en su rostro, haciendo dificil adivinar lo que estaba pensando.
Patricia no pudo dormir esa noche, pensando en el certificado de matrimonio oculto en su cajón y en el rostro quapo de Pascual, que no podia olvidar Tenía que admitir que le encantaba su apariencia, había sido seducida totalmente por la cara atractiva de ese hombre
Si un hombre con una apariencia extraña le hubiera propuesto matrimonio, le habria dado una bofetada y se hubiera negado en ese mismo instante Sabia poco sobre la situación de Pascual, sus padres estaban vivos, tenia un abuelo. Tenia una pequeña empresa en la ciudad A y un departamento de dos habitaciones de unos 90 metros cuadrados. No estaba ni bien ni mal.
Pero el era ciudadano de la ciudad A y ya estaban casados legalmente. No tenian sentimientos el uno por el otro y no era posible que vivieran en diferentes ciudades justo después de casarse.
Eso significaba que uno de ellos tenía que ceder y mudarse. Pascual era un pequeño empresario, mientras que Patricia era una empleada común. Comparando los pros y los contras, de todos modos, no había forma de que ella pudiera hacer que Pascual se quedara en la ciudad B con ella: La única opción era renunciar a su trabajo en la ciudad B e ir a la ciudad A con él.
La ciudad A era el lugar donde habia crecido, pero había tenido que huir de allí, y no estaba segura de si era una buena idea volver.
Patricia se golpeó la cabeza de nuevo, frustrada. Siempre habia sido racional al enfrentar problemas, pero en este caso había actuado precipitadamente, sin considerar mucho.
Al día siguiente
Patricia salió de su habitación con ojeras y su tia Rita Sainz ya habia servido el desayuno en la mesa. Al verla asi, Rita se preocupó por ella: “Pati, ¿cómo tienes esas ojeras tan marcadas? ¿Te quedaste trabajando hasta tarde otra vez?”.
Patricia no sabia cómo contarle a su tia que se habia casado con un extraño, asi que se rascó la cabeza y dijo: “No, simplemente no pude dormir bien. Rita le dio unas palmaditas en el hombro y suspiro: “Ay, hija, ¿por qué siempre trabajas tan duro? Las chicas de tu edad deberían estar arreglándose, saliendo con sus novios por la noche y disfrutando de la vida. En cambio, pasas todas las noches trabajando hasta tarde. No sé cómo describirte. El trabajo nunca se acaba, pero el cuerpo es tuyo. ¿Qué hacer si te pones enferma?”.